La Actitud del Emprendedor



Un articulo del Coach de Gerencia Juan Carlos Vacaflor




La actitud, esa pequeña “cosa” que hace una gran diferencia.


Son emprendedores, aquellos “seres extraños” quienes con base en ciertas habilidades que los hacen “diferentes”, están logrando hacer cambios, lograr sus sueños y consecuentemente, están generando importantes efectos económicos en la sociedad. Estos efectos facilitan la distribución de la riqueza y el desarrollo de las personas.


Para que esos cambios y efectos cobren vida, el emprendedor ha tenido que hacer cambios y esfuerzos a nivel personal. Los emprendedores afirman que la motivación necesaria para moverse hacia esos cambios, casi nunca viene de afuera, sino que sale desde dentro de de ellos. Surge en el momento en que se comprometen a crear una realidad que hoy no existe, pero que desde su percepción, es posible.


Para eso el emprendedor decide convertirse en el Actor, o Director de esa nueva realidad (como si se tratara de una película) y no asume el rol de un “extra”. Actúa y se mueve provocando efectos, en lugar de solamente reaccionar ante lo que sucede. Su característica principal es “Hacer que las cosas pasen” en vez de “esperar a que sucedan”.


Por todo esto, se han hecho muchos esfuerzos por definir los rasgos principales de los emprendedores, con la idea de decirle a quien quiera ser dueño de su propio destino, lo que necesita desarrollar o fortalecer para lograr sus sueños. En esta entrega, además de compartir una lista de cualidades emprendedoras, quiero analizar un componente que voy a llamar simplemente actitud


Para el Emprendedor la actitud es una postura frente a la vida. Postura que se manifiesta por las acciones, las palabras, los movimientos pero principalmente por el origen de todos esos actos: Los Pensamientos. De esa manera puedo concluir que la actitud se origina en la mente.


La Real Academia de la Lengua Española, define al emprendedor como una persona “Que emprende con resolución acciones dificultosas o azarosas”. Tiene sentido entonces afirmar que el emprendedor, vive la vida asumiendo riesgos y disfruta de ellos.


De hecho asume riesgos calculados, haciéndose responsable de problemas ajenos, consciente de que ¡solo quien se hace responsable de algo tiene el poder de arreglarlo! Solo es la acción la que provoca cambios… ¡solo obtiene poder autentico quien asume responsabilidad!


En mis cursos y en todo entrenamiento que dirijo, siempre pregunto: ¿Cómo cambiarías tu vida si pudieras pararte frente a ella en una posición de total capacidad de dar respuestas? Las reacciones a esta pregunta estallan en la mente de los asistentes, quienes se dan cuenta rápidamente, que los únicos que pueden configurar su actitud, de acuerdo a sus propósitos y objetivos son ellos mismos.


Cada uno de nosotros somos completamente responsables de dos cosas (al menos): del carácter y de la actitud.


El emprendedor, más que nadie, está en la obligación de cuidar sus niveles de energía positiva, su estado de ánimo y su actitud. Debe protegerla y desarrollarla más que al dinero, a sus conocimientos o a sus pertenencias, ya que representa el verdadero PODER que lo conducirá al logro de su empresa.


Dicho esto, trataré de enlistar algunas de las cualidades personales, con las que el emprendedor debe reforzar su actitud:


  • Carácter competitivo:


    Es el deseo de lograr objetivos que le motiven. El emprendedor abandona rápidamente el status quo. No hay que olvidar que el principal objetivo del empresario es el beneficio y eso solo llega cuando haces tu trabajo con pasión. La pasión ha demostrado ser el camino más corto a la excelencia.


  • Dedicación:

    El empresario sacrifica ocio por dedicación a su negocio. Para el emprendedor el “trabajo” es lo que hace con más placer. No le parece trabajo y lo puede hacer por horas sin descanso. Se dedica a su trabajo, porque por medio de ello se acerca a su esencia y mientras más cerca de ella esté, más éxito logrará.


  • Asumir riesgos:

    El emprendedor debe asumir el riesgo derivado de jugar con su propio patrimonio, pero debe ser un riesgo calculado, analizando bien el proyecto y su entorno, evitando de esta manera riesgos innecesarios. Esta característica le invita a estar siempre en movimiento.


  • Capacidad organizativa:

    La empresa es como un rompecabezas en el que las piezas deben encajar para que todo funcione y esa es la labor del empresario: tener satisfecho al cliente, la negociación con los bancos, la relación con los proveedores, las campañas de promoción, la contratación y formación del personal, etc.


  • Iniciativa:

    El emprendedor es una persona orientada a la acción, le gusta tomar la iniciativa para resolver problemas. Piensa, que siempre hay una mejor forma para hacer las cosas más rápidas, mejor presentadas, más ligeras, más grandes, más pequeñas, etc.


  • Formación:

    Hay que tener muy en cuenta que el conocimiento se erige hoy día como la principal ventaja competitiva de las organizaciones. El empresario necesita una formación empresarial específica y continua. Cabe recalcar que el conocimiento sin acción es como un poderoso y eficiente motor, al que le faltan las ruedas y el chasis.


    Pero, si todo lo que sabes, lo que eres o lo que tienes, te esta alejando de las personas, es mejor que te deshagas de ello. El emprendedor usa todo, principalmente su conocimiento, como un imán para que las personas se acerquen a el.


  • Experiencia profesional:


    La experiencia en otros trabajos o empresas es muy importante, aunque se trate desde puestos de diferente responsabilidad o en otros sectores. Sin embargo, quiero mencionar que en los últimos años, este componente ha pasado a segundo plano, ya que en vez de servir de base para ver oportunidades, algunas veces, la experiencia ha servido para desarrollar una seria aversión al riesgo y miedo paralizante ante el entorno y sus variaciones.


  • Orientación al mercado:

    El emprendedor percibe en las necesidades existentes en el mercado una oportunidad de negocio. Su actitud le permite desarrollar productos y servicios para satisfacerla.


  • Tolerancia al cambio:

    Hoy más que nunca, debemos entender que el cambio es lo único permanente. Debemos adaptar los proyectos al cambio del entorno que rodea a la empresa. El cambio en las políticas y normas, el avance de las telecomunicaciones, las nuevas fórmulas de venta o los nuevos canales de distribución hacen que el empresario deba continuamente estar atento a cualquier mejora de su negocio.


  • Capacidad de liderazgo: Esta es la cualidad mas importante en un emprendedor exitoso, que debe ser capaz de influir e inspirar positivamente en su entorno, para que la gente trabaje con entusiasmo en el logro de objetivos para el bien común. Se le va a exigir demostrar sus habilidades de liderazgo ante sus trabajadores e incluso ante los propios clientes o proveedores.

    Para ello el emprendedor debe primero aprender a liderarse a si mismo (Autoliderzago) para transmitir una imagen de competencia profesional y seguridad lo que a veces puede llegar a ser más importante que disponer de un buen producto u ofrecer un buen servicio.


Si quieres conocer más sobre Juan Carlos, visita su Blog o la la página Web de su empresa


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